FLASHBACK

1. ¿Qué experiencias has tenido con Dios esta semana?
2. ¿Podrías compartir una experiencia con Jesús (véase la introducción) con un amigo que aún no le conozca? ¿Has tenido la oportunidad de orar por alguien?
3. ¿Necesitas la ayuda de Dios en alguna área de tu vida?

▶ Orad juntos dando gracias por vuestras experiencias y pidiendo a Dios que os ayude en las áreas que cada uno necesite.

▶ Orad juntos por poder aprender nuevos aspectos acerca de Dios, y porque vuestra relación con Dios sea más profunda y se fortalezca.

ESTUDIO BĺBLICO

4. Individualmente: leed las escrituras en silencio. ¿Qué palabras o frases destacan más?
5. Que alguien lea el pasaje en voz alta.

6. Individualmente:
• ¿Qué palabras o frases destacan ahora? ¿Hay alguna diferencia respecto a lo que habías observado antes?
• ¿Por qué te sientes atraído a esas palabras o frases?
• ¿Hay algo que te incomode?
• ¿Qué podemos aprender sobre Dios y los principios de su Reino?
7. Aplicación:
• ¿Qué podría estar Dios diciéndote?
8. Compartid en el grupo.

PREGUNTAS ESPECÍFICAS Y PUNTOS DE ACCIÓN

10. Compartid cómo y qué os dijo el Espíritu Santo la última vez, y cuál fue vuestra reacción.

▶ ¿Has pasado por una situación difícil recientemente? Haz una pausa y pregúntale a Jesús dónde estaba Él en esa situación, y qué te tiene que decir ahora al respecto ahora. Anota las respuestas que obtengas (individualmente). Compartid en el grupo.

▶ Orad los unos por los otros, por unos ojos y oídos espirituales más atentos, para ver mejor lo que hace el Espíritu Santo y oír mejor lo que dice (Efesios 1:18).

COMENTARIO SOBRE LA ESCRITURA

• Quizá no reconoces la voz de Dios porque esperas algo espectacular. Pero Dios puede hablar muy gentilmente, por ejemplo a través de un simple pensamiento. Parece que Dios habla de esta manera con mucha frecuencia. Considerad lo que le ocurrió al profeta Elías: Dios no le habló a través de una tormenta como sí hizo con Job (Job 38:1), ni tampoco le habló a través de un terremoto, como hizo con el pueblo de Israel (Éxodo 19:16-19), ni a través del fuego como hizo con Moisés, sino a través de un suave murmullo (1ª Reyes 19:11-13). 
• Cuando Dios nos corrige, siempre habla de una situación específica. No es vago ni dice frases como: «¡eres un fracasado!». Por contra, el Espíritu Santo siempre nos dice si hay algo que deberíamos confesarle a Dios, y qué exactamente. Entonces podemos confesar y regocijarnos en su perdón y su aceptación.
• La voz de Dios siempre es una voz de esperanza. La voz de Dios no genera aflicción, inquietud ni temor con lo que nos dice. El Espíritu Santo nos guía hacia la consolación cuando estamos en sintonía con Él. Pero hace que nos sintamos agitados si hay algo que no está bien en nosotros.
• La voz de Dios es razonable. Eso no significa que obedezca a nuestros pensamientos. Pues los pensamientos de Dios son «más altos que todo pensamiento humano» (Isaías 55:9). Esto no significa que Dios hable fuera de toda lógica.
• ¿Y qué pasa si Dios permanece en silencio? Dios también es un Dios que permanece invisible. Habrá periodos en que Dios, presumiblemente, no nos hablará. Esto es parte también de nuestra vida aquí en la tierra. En tales situaciones, deberemos permanecer confiando en lo que Dios nos ha dicho hasta ese momento, y en lo que su palabra, la Biblia, nos dice.

Elementos básicos para oír la voz de Dios:

• Desarrollar una relación profunda e íntima con Jesús.
• Las heridas interiores pueden evitar que escuchemos a Dios claramente. Por tanto, vivir un estilo de vida de perdón. 
• Tener raíces firmes en la Biblia. La Palabra de Dios nos muestra la voluntad general de Dios, y nos ayuda a discernir si algo viene de Él, o si es otra voz (Hebreos 4:12; 1ª Tesalonicenses 5:20-21).
• Buscar y aceptar la ayuda y el ánimo de hermanos y hermanas en Cristo que tengan más experiencia escuchando la voz de Dios. 
• Practicar la escucha de la voz de Dios (1ª Samuel 3:1-10).
• • Ser vasijas puras (1ª Corintios 6:17-20).