▶ Orad juntos dando gracias por vuestras experiencias y pidiendo a Dios que os ayude en las áreas que cada uno necesite.
▶ Orad juntos por poder aprender nuevos aspectos acerca de Dios, y porque vuestra relación con Dios sea más profunda y se fortalezca.
Hechos 17:16-34
16Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.
17Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían.
18Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.
19Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas?
20Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto.
21(Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)
22Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos;
23porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.
24El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,
25ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
26Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;
27para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
28Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.
29Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.
30Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;
31por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.
32Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez.
33Y así Pablo salió de en medio de ellos.
34Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.
Los versículos 32 al 34 describen tres reacciones diferentes de los oidores que nosotros también encontraremos cuando hablemos de la fe. Nos ayudan a estar preparados para ello.
▶ Toma un tiempo de oración personal para perdonar a aquellos que creas que debes perdonar (hay pasos prácticos que te pueden ser de ayuda en la unidad «Crecer a través del perdón»).
▶ Si hay una mentira acerca del carácter de Dios que has creído hasta ahora, confiésala a Dios, así como tus propias reacciones pecaminosas (individualmente).
▶
Pon la verdad de Dios en lugar de esa mentira. La verdad es lo que la
Palabra de Dios dice sobre Él y sobre nosotros. ¿Qué te hace recordar el
Espíritu Santo? ¿Que te está diciendo? Proclama estas cosas sobre tu propia
situación.
Orad en grupos de 2-3 personas: someteos a la autoridad y
liderazgo del Espíritu Santo, y orad que os llene de amor, fe, gozo,
valentía y sabiduría.
No debería sorprendernos, ni sentirnos atacados, cuando la gente rechaza el evangelio. Bill Bright, fundador de Cru, una vez dijo: «Nosotros tomamos la iniciativa a la hora de compartir a Jesús en el poder del Espíritu Santo, y dejamos los resultados en manos de Dios».
Si nos sentimos rechazados a causa de nuestra fe, realmente están rechazando a Jesús, esas personas. Esta perspectiva debería ayudarnos a lidiar mejor con las reacciones difíciles, y no sentirnos ofendidos o incluso atacados (ver Hechos 9:1-5).
Debemos recordar constantemente que estamos obstruyendo el reino de las tinieblas cuando hablamos de nuestra fe. Las reacciones negativas y la oposición no son, pues, meros componentes humanos o del mundo, sino también efectos de la batalla que se libra en las esferas espirituales (Efesios 6:12). Si experimentamos oposición, ¡es totalmente normal! Pero también significa que debemos aprender a luchar. El perdón, y aferrarnos a la naturaleza real de Dios, y a los pensamientos de Dios para nuestras vidas, están entre las armas más poderosas del Reino de Dios contra los dardos que nos disparan, con intención de herirnos o de apartarnos de nuestro camino.
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