▶ Orad juntos dando gracias por vuestras experiencias y pidiendo a Dios que os ayude en las áreas que cada uno necesite.
▶ Orad juntos por poder aprender nuevos aspectos acerca de Dios, y porque vuestra relación con Dios sea más profunda y se fortalezca.
2 Timoteo 4:9-17
9Procura venir pronto a verme,
10porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia.
11Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio.
12A Tíquico lo envié a Efeso.
13Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos.
14Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos.
15Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras.
16En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta.
17Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león.
Efesios 4:31-32
31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
▶ Tomaos un tiempo para anotar en un papel los nombres de algunas personas que os hayan herido. Haced también una lista del tipo de reacciones/emociones (ira, repliegue en uno mismo, etc.) que sentisteis como resultado de esas acciones. Ahora podéis leerle estas notas a Dios en oración. Podéis orar así: «Padre celestial, ahora confieso lo que ___________ me hizo». (Con nombres y el daño cometido). Es importante que primero identifiquemos qué cosas nos han pasado antes de pasar al siguiente paso.
▶ Ahora podéis perdonar a esas personas. Podéis orar así: «Padre celestial, perdono a ___________ (pon el nombre). Le entrego en tus manos. Le bendigo y tomo la decisión de no guardarle rencor».
▶ Dejad que el amor de Dios os llene de nuevo: orad según Efesios 3:17-19 en grupos de 2 o 3 personas, para que Dios os llene de nuevo con su amor.
Perdona a las personas que hayan pecado contra ti. Este paso es importante, ya que no estamos diseñados para lidiar con la culpa y con el pecado. No importa que sea tu propio pecado o situaciones en que otros pecaron contra ti. Cuando perdonamos, no significa que aprobemos lo que se ha hecho y decimos que “está bien.” Más bien cedemos el derecho por la redención a Jesús.
¡El pecado siempre debe ser llevado a la cruz! La falta de perdón siempre nos mantendrá atados a una persona. ¡Sólo el perdón corta estas ligaduras y nos hace realmente libres! El perdón abre las puertas del cielo sobre nosotros para que podamos recibir bendiciones. Desbarata las influencias destructivas y nos libera para vivir una vida en el poder y la autoridad del Señor. No olvidemos que el perdón comienza desde la voluntad, no desde las emociones. Por tanto, no tenemos que «sentir» que queremos perdonar. Sencillamente, perdonemos. A menudo las emociones vienen a continuación.
![]() |
![]() |
![]() |