▶ Orad juntos dando gracias por vuestras experiencias y pidiendo a Dios que os ayude en las áreas que cada uno necesite.
▶ Orad juntos por poder aprender nuevos aspectos acerca de Dios, y porque vuestra relación con Dios sea más profunda y se fortalezca.
Lucas 8:5-6
5El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron.
6Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad.
Lucas 8:11-15
11Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
12Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.
13Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.
14La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.
15Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
▶ ¿Cumples con estos requisitos? ¿Qué te gustaría poner en práctica de lo que has leído? («Voy a…»).
▶ Orad en grupos de 2-3 personas
La Palabra de Dios está por escrito (la Biblia), pero también está la Palabra viviente (Jesús, el Verbo). Es la esencia que descubrimos mientras leemos la Biblia, pero también cuando el Espíritu Santo nos habla.
La Palabra de Dios es comparada a una semilla. Como una semilla, la Palabra de Dios contiene todos los elementos esenciales, incluyendo la energía necesaria para el crecimiento (Hebreos 4:12, «La palabra de Dios es viva, eficaz»).
Jesús explica otra parábola en relación a una semilla en Marcos 4:26-29. El hombre no tiene ni idea de cómo crece la semilla exactamente. Simplemente «ocurre» después de que ésta sea plantada. Pero el Nuevo Testamento nos dice que es el Espíritu Santo el que provee el crecimiento si somos fieles a nuestra tarea: mantenernos en la Palabra de Dios y ser obedientes. Pablo escribió: «Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios». Tanto Pablo como Apolos hicieron la faena que Dios les había encomendado. Como respuesta Dios hizo lo que solo Él puede hacer: proveyó de crecimiento. ¿Eres tú fiel a tu llamado, a la tarea que Dios te ha encomendado?
![]() |
![]() |
![]() |