▶ Orad juntos dando gracias por vuestras experiencias y pidiendo a Dios que os ayude en las áreas que cada uno necesite.
▶ Orad juntos por poder aprender nuevos aspectos acerca de Dios, y porque vuestra relación con Dios sea más profunda y se fortalezca.
Mateo 6:25-34
25Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
26Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
27¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
28Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
29pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
30Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
31No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
34Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
▶ Cada uno por su cuenta: expresa tu confianza en Dios en oración. Dile que confías en su provisión por ti (¡y para tu corazón!) en todas tus necesidades (ver Salmo 37:3-4 y 2ª Pedro 5:7). Dile en oración qué necesitas.
▶Lee el Comentario sobre la Escritura: ¿hay alguna palabra o frase que te llame la atención y que sea importante para tu vida? Compártelas en el grupo.
▶ En grupos de 2-3 personas: ¿qué pasos concretos puedes tomar para ligar tu corazón al Reino de Dios? ¿Es necesario resetear tus prioridades y dejar de hacer algo (una actividad, un compromiso, una relación)? Compartidlo en grupos pequeños y orad por ello.
▶ Pídele al Padre
¿Cómo se supone que deberíamos lidiar con las preocupaciones y las penas? Si alguien te dijese ahora mismo que dejes de preocuparte, ¿serías capaz de hacerlo? Presuntamente tu respuesta será «¡No!». La preocupación y la pena son cuestiones del corazón, por lo que no puedes ser solventadas por la mente.
Esa es la razón por la que Jesús nos presenta a Dios. Lo llama «padre», y nosotros también deberíamos hacerlo. Primeramente, esto supone un reto a nuestra percepción humana de Dios: ¡el creador del universo es mucho mejor, más misericordioso, nos ama más y es más cercano de lo que jamás podríamos imaginarnos! (Nota al margen: incluso delegó el juicio en Jesús, ¡Él no nos juzgará! Ver Juan 5:22). Jesús nos desafía a comprometernos de pleno en una relación con el Padre Celestial, confiando en Él y uniéndonos a Él. Solo entonces podrá nuestro corazón reposar. ¿Qué significa esto para nosotros, en términos prácticos?
▶ Cambia de enfoque centrándote en Jesús, y ora por tener un nuevo encuentro con Él: «Jesús, deja que te vea claramente. Deja que viva en respuesta a tu presencia».
▶ Proclama sin cesar quién es Dios para ti en tu vida. Aférrate a cómo la Biblia describe a Jesús y a Dios respectivamente. Por ejemplo, «Dios es mi poderoso salvador, sanador, el que me recompensa, me libra, mi defensor, proveedor, consolador, me ayuda, me guía, mi padre amoroso, restaurador, amigo, refugio, el que me da ánimo». Recuerda: la Palabra de Dios no solo consiste de palabras, sino que contiene la realidad de su reino y, por tanto, tiene poder transformador (Juan 8:31-32 y Hebreos 4:12a).
▶ Pídele aquello que necesitas con fe y confianza plenas, en vez de preocupándote por ello (Filipenses 4:6-7; Santiago 1:5-6).
▶ Haz de su reino tu primera prioridad, invirtiendo (tiempo, energía, dinero) en los tesoros de allí. Leed Lucas 12:32-34.
![]() |
![]() |
![]() |