▶ Orad juntos dando gracias por vuestras experiencias y pidiendo a Dios que os ayude en las áreas que cada uno necesite.
▶ Orad juntos por poder aprender nuevos aspectos acerca de Dios, y porque vuestra relación con Dios sea más profunda y se fortalezca.
Lucas 5:27-32
27Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme.
28Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.
29Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.
30Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?
31Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
32No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
▶ ¿Qué podríais organizar, como grupo, en este sentido? Pensad en esto brevemente, que cada uno anote 2 o 3 ideas para discutirlas en grupo.
▶Anotad el nombre de 5 personas que os gustaría invitar.
▶ Orad por vuestros VIPs, que vuestra relación con ellos se fortalezca y podáis ganar confianza en los dos sentidos.
Una fiesta de cumpleaños, de graduación, un aniversario o una boda: todos estos acontecimientos son grandes oportunidades para invitar a tus amigos que aún no conocen a Jesús, para honrarles y profundizar en tu relación con ellos. Mateo conoció a Jesús e inmediatamente organizó una fiesta con sus colegas recaudadores de impuestos. Les honró con su generosidad, y les dio la oportunidad de conocer en persona a Jesús y sus discípulos.
Aparentemente, Jesús era un modelo a imitar: Jesús comía e iba a fiestas, con frecuencia, con gente que no cumplía los estándares de conducta, e incluso de dudosa reputación. A diferencia de con los fariseos y los saduceos —quienes continuamente señalaban sus defectos— la gente se sentía muy cómoda en compañía de Jesús. Él les ofrecía su aprecio, tratándolos como hijos e hijas de Dios amados. En una atmósfera de honra y libertad tal, la gente se abría a la verdad. Esto, a su vez, los llevaba a reflexionar sobre sus actos, arrepentirse y a comenzar de nuevo (Lucas 19:7-8).
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